La cristalomancia es un verdadero arte que no cualquier mortal puede dominar. Consiste en mirar el interior de un cristal pulido o natural y adivinar así el futuro de una persona. Para ello, el practicante debe contar con un don especial. Seguramente vino a tu mente la imagen de una especie de genio con turbante ante una bola de cristal de roca, ¿verdad? Sigue leyendo y sabrás que de qué se trata específicamente y qué puede hacer por ti.
Se trata de una derivación del llamado divisamiento, un método adivinatorio que consta de observar detenidamente una superficie plana y reflectante (brillante). De este modo surgen imágenes, ya sea en la realidad o en la mente de la persona practicante.
Una técnica antigua que aporta beneficios en el presente
En algunas culturas de la Antigüedad era una costumbre arraigada sumergir espejos en fuentes de agua para que, por la noche, recibiesen la luz de la luna y así proporcionaran más y mejores mensajes. Claro, ya estás pensando en los espejos mágicos.
Pues sí, este tipo de espejos especiales fueron populares en la Edad Media y algunos maestros ascendidos recurrían a ellos para extraerles buena información sobre personas, cosas y hasta sobre el comportamiento de la naturaleza (las mareas, las lluvias, las sequías o las plagas). Los griegos, en busca de visiones iluminadoras se dedicaban a la observación escrupulosa de espejos o metales bien pulidos.
Por su parte, los egipcios solían ver mensajes ocultos en la bola de vidrio o de cristal, objeto que hasta la actualidad está íntimamente relacionado a los adivinadores del futuro y su oficio milenario.
Como advertirás, desde siempre aquellas personas poseedoras del don de la profecía, tales como hechiceros, magos, adivinos, asesores de reyes, médiums y videntes han empleado los cristales para ver el pasado, interpretar el presente y anticipar el futuro y los acontecimientos que se avecinan.
El arte cristalomántico de ayer y de hoy
Es preciso destacar que la cristalomancia desde sus inicios estuvo en manos de personas especiales. Dotadas de un don particular (el de la adivinación, por supuesto), consideradas puras físicas y espiritualmente y, por encima de todo, fiables. Estos seres iluminados o con una mente elevada y abierta antiguamente se debían preparar en cuerpo y alma para una sesión de cristalomancia.
¿Cómo? Ayunando y rezando durante varias jornadas previas. El encuentro entre la persona que consultaba y el cristalomántico se llevaba a cabo en un ambiente especialmente decorado y ambientado para ello. Un espacio destinado a ceremonias, solemne y sobrio que contribuía a que fuese más fácil para el vidente entrar en trance.
Es decir, en esa sala de rituales con velas, incienso encendido y aromas particulares, las imágenes acudían rápidamente a su mente, algo que no ocurría en la calle o en otro entorno.
Esa costumbre llega a nuestros días, aunque con el avance de la tecnología, la cristalomancia es un servicio que incluso puede brindarse de manera remota. Telefónicamente, por ejemplo. En efecto, muchos de nuestros profesionales videntes se dedican a este tipo de consultas que permiten al consultante acceder a información que no averiguaría de otro modo de una manera rápida, efectiva y cómoda (desde cualquier sitio).
Deja a un lado los prejuicios y aprovecha las ventajas de la cristalomancia
Aunque todavía se asocia a una persona ridículamente vestida y con un turbante en la cabeza frente a una bola de cristal, bola de la suerte o bola mágica, el cristalomántico genuino dista mucho de ser así. En el presente se trata de una persona seria y responsable que, poseedora del don de la adivinación, recurre a la esfera de cristal de roca como una herramienta más para optimizar su trabajo e incrementar los alcances de su don.
Es decir, así como el cartomante se sirve de las cartas y quien practica la geomancia se vale de las gemas, el cristalomántico utiliza los cristales. ¿Por qué? Justamente porque los cristales tienen una carga eléctrica que, al parecer, los hace permeables a la llegada de ciertas señales o imágenes. Por ello, las personas dedicadas a este oficio antiguo los usan como medios o recursos para acceder a información de calidad.
Con ella el consultante podrá tomar decisiones, avanzar en la vida o modificar su rumbo. Y tú, ¿te atreves a recurrir a la bola de cristal y cambiar tu vida para siempre?
Ahora que tienes claro qué es exactamente la cristalomancia y qué beneficios aporta su uso a la vida diaria de las personas, seguramente ansíes acceder a este servicio de calidad cuanto antes. Sin duda, una consulta te aportará valiosa información gracias a la cual serás capaz de tomar decisiones en tu vida y dar una vuelta de página necesaria. Anímate y contacta ya con alguno de nuestros tarotistas expertos en este arte.
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