Aunque la tendencia general sea la de pensar que las ciencias adivinatorias se reducen al tarot convencional, la verdad es que las artes de adivinación y magia blanca son muchas y muy variadas. De hecho, existen casi tantas técnicas y disciplinas como expertos hay en el mundo y es por esto que conviene conocer el máximo posible de técnicas para poder escoger la que mejor se adapte a nuestras circunstancias vitales. Hoy vamos a introducir la Alomancia y la Aeromancia.
Si eres seguidor y creyente de las artes blancas de adivinación y aún no conoces la alomancia y la aeromancia, ya es hora de que lo hagas. Puede que estas dos disciplinas adivinatorias alberguen la respuesta a todas tus preguntas y que tú aún no lo sepas. Por lo tanto, presta atención a lo que tenemos que decirte y no te pierdas ni un detalle, ya que cualquier explicación puede desembocar en la resolución de un planteamiento vital de grandes dimensiones; lo cual se traduce en la paz y la tranquilidad que siempre has deseado para ti y para los tuyos.
¿Para qué sirven la alomancia y la aeromancia?
La alomancia y la aromancia son técnicas de clarividencia que llegan a la adivinación a través de elementos como la sal o el aire. La alomancia utiliza la sal para poder adivinar el futuro de las personas que acuden a ella y la aromancia se vale del aire para poder adivinar las circunstancias de los feligreses.
¿Que qué tienen de especial estas dos disciplinas? Pues que son disciplinas que se emplean desde tiempos muy remotos y que han sobrevivido a las técnicas más modernas por su alto porcentaje de aciertos. Son métodos muy certeros y efectivos que profundizan en casi todos los aspectos de la vida de las personas, lo cual hace que las consultas y los diagnósticos sean tan completos como se desee.
Además, existen diferentes escuelas dentro de la alomancia y la aromancia; lo cual permite observar diferentes aspectos y perspectiva. Hay personas que practican la alomancia tomando como base la divinidad del bien empleado, mientras que hay otras personas que lo practican de manera mucho más cotidiana y creyendo en la mineralidad de la propia sal. Esto quiere decir que las adivinaciones pueden proceder de los altísimos dioses o de los lugares más profundos de la tierra y la naturaleza.
La idea es que la tierra expresa y exterioriza sus estados de ánimo a través de las formas de comunicación con las que cuenta; entre las que se encuentran las mareas, el viento o incluso la producción de la sal. Estas expresiones siempre están ahí porque la tierra nunca deja de comunicarse con nosotros, pero la cuestión es que solo unos pocos expertos saben interpretar y recibir estas señales en forma de adivinación para circunstancias concretas. En el fondo, los que adivinan las circunstancias de las personas a través de la sal y el viento, solo están traduciendo el idioma de nuestra madre tierra para que podamos actuar según lo que ella nos aconseja en cada momento.
Resumiendo: la oferta de adivinaciones y consultas especialidades en la alomancia y la aromancia es grande y muy variada. Por poco conocidas que sean estas dos disciplinas, hay muy buenos profesionales y expertos que pueden ayudarte en el descubrimiento de las facetas de estas dos disciplinas tan ricas y tan antiguas como la propia tierra.
¿Quién puede practicar la alomancia y la aeromancia?
Un ejemplo muy obvio de alguien fiable a quien puedes acudir en busca de resultados es nuestra vidente Carlota, la cual cuenta con una gran experiencia en adivinación a través de bienes divinos (la sal). Julia, Esmeralda y Rubí también poseen amplios conocimientos en el mundo de la adivinación a través de elementos (viento); ya que interpretan la meteorología a la perfección y se mimetizan con lo que la madre tierra quiere transmitir a través de cada expresión.
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