Todas las personas tienen, aunque no lo sepan, un aura. Está relacionada con su bienestar o malestar. Los avatares propios de la vida hacen que sus condiciones puedan empeorar. Por eso es importante aprender cómo limpiar el aura, ya que estará en nuestras manos corregir los problemas que la puedan haber perjudicado.
A continuación te ponemos al día respecto a su composición y los medios con los que podemos proceder a su reparación.
La formación del aura
Las personas, de una manera similar al resto de elementos del mundo, estamos formadas por energía. Unas energías que, como sucede en el campo de la física, suelen estructurarse en oposiciones. Se suelen contraponer elementos positivos y negativos. Y en su confrontación reside la búsqueda del equilibrio consustancial a todas las cosas. A los objetos y a las personas.
Como es lógico, en el marco de estos equilibrios siempre nos va a interesar que predominen los componentes positivos. Ten en cuenta que los vamos a notar a nivel físico y mental. Y en este esquema se enmarcan los campos áuricos.
Estos campos de energía se encuentran tanto dentro como alrededor de las personas. No en vano sobresalen en algunos centímetros de nuestra piel. Los campos energéticos se estructuran en diversas capas y, en cierto modo, suponen una duplicación de la estructura del ser humano. Podemos señalar que se trata de una especie de doble etéreo, que se superpone al físico.
Y, como sucede en la naturaleza, estas energías están formadas por sus contrastes positivos y negativos. Como en los casos de esos polos opuestos que se atraen estamos en relación con esas energías que nos rodean y recibimos su influencia. Esta incidirá acercándonos tanto a las fuerzas de la luz como a las de la oscuridad.
Lógicamente, nos convienen las primeras, pero es posible que a lo largo del día carguemos con una gran influencia de las segundas. Por eso, cuando nos referimos a cómo limpiar el aura, estamos dando por hecho que esta se ensucia.
Y se ensucia de la misma manera que sucede con nuestro estado físico cuando es atacado por un germen. Las relaciones tóxicas y los malos pensamientos asociados a ellas contribuyen a llenarnos de energías negativas. Será entonces cuando somatizaremos estos inconvenientes, los cuales podrán materializarse en insomnio, indigestiones, nerviosismo, ansiedad, depresiones y todo tipo de enfermedades comunes, ante las cuales seremos más vulnerables.
Si dejamos que los pensamientos negativos se adueñen de nosotros y no hacemos nada por limpiar nuestra mente de ellos, contaremos con un balance de energía poco satisfactorio para encarar con garantías nuestros retos del día a día. Nos referimos a sensaciones como la ira, el pesimismo, la desesperación, el aislamiento y el miedo, entre otras. Todas ellas conducen a una baja autoestima, lo que induce a tomar malas decisiones.
Estos sentimientos provocan un bloqueo energético. Así que la energía que nos rodee, en lugar de generar vibraciones positivas, va a manifestarse en frecuencias negativas. Hay solución a este inconveniente y pasa por preparar algunas terapias que logren reconducir estos equilibrios áuricos.
¿Por qué tratamientos puedes optar para reequilibrar tus energías y limpiar el Aura?
Si te has percatado de la suciedad que impregna tus campos energéticos, es el momento de apostar por algunos tratamientos que contribuyan a su limpieza. Se trata de terapias que suelen inducir a una relajación corporal y una calma mental.
Toma nota de las que te aconsejamos en las siguientes líneas.
- El yoga, como una de las formas de meditación más avanzadas y perfectas, es una de las técnicas idóneas. Sobresale también el mindfulness en una posición tranquila. Puedes probar a combinar el yoga con un baño de agua entre tibia y caliente en la que eches medio kilo de sal gruesa y un cuarto de bicarbonato sódico. Verás cómo te despeja una de estas sesiones.
- El humo de la salvia elimina las malas energías. Puedes dirigirlo mediante tus manos hacia donde te interesa. Ya lo utilizaban las culturas indias, puesto que ozonifica el ambiente mediante la emisión de iones negativos, como sucede después de una tormenta.
- Date un baño de sol y notarás cómo, además sintetizar la vitamina D que necesitan tus huesos, te sientes revitalizado.
- Un baño de agua salada contribuye a disipar tu negatividad, dado que desprende las células muertas y las toxinas. Una ducha fría también tonifica tu cuerpo y mejora tu circulación sanguínea, lo que contribuirá a que te sientas mejor.
- Realiza visualizaciones de contextos en calma, como los que te transportan a los efectos relajantes que produce en ti una luz tenue de color blanco o violeta.
- Hay cristales o aceites esenciales en la naturaleza cuyo uso favorece la absorción de las energías negativas.
En definitiva, ahora que ya sabes cómo limpiar tu aura, que no se te olvide hacerlo de vez en cuando para sentirte en condiciones óptimas.
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