En los últimos tiempos, el símbolo de la luna ha adquirido mucha popularidad en gran cantidad de ámbitos como en el del Neopaganismo. Mucha gente se lo tatúa, por ejemplo, o tiene como base las fases lunares para distintos aspectos de su vida. Y es que dichas fases afectan a nuestro estado de ánimo, a los ciclos menstruales, a las mareas oceánicas e incluso se cree que a la actividad cerebral y la cantidad y calidad del sueño. De la misma forma que conoces perfectamente el símbolo de la luna, puede ser que hayas visto en Internet el símbolo lunar de la Triple Diosa, que está compuesto por tres lunas, unidas una a la otra: una creciente, una luna llena y otra menguante.
Sin embargo, este no es un símbolo cualquiera, sino que tiene una historia interesante y un significado más curioso aún. Te hablamos en profundidad de ello en este artículo, así que, si te interesa, ¡sigue leyendo!
Neopaganismo: término acuñado por Robert Graves
El término «Triple Diosa» fue creado por Robert Graves, poeta y escritor británico del siglo XIX. El autor utiliza este concepto en muchos de sus escritos y poemas, e incluso es protagonista de algunas de sus obras. Graves utilizaba frecuentemente la idea de la luna como su verdadera musa, protagonista de cualquier poesía y centro de la vida misma. Este concepto fue adoptado por el neopaganismo y la Wicca como una de sus deidades principales, por lo que tiene especial importancia hoy en día.
Para el escritor, y también en el uso común neopagano, la Triple Diosa tiene tres facetas diferentes, correspondientes cada una de ellas a las tres fases de la luna representadas en el símbolo: la Doncella (Maiden), la Madre (Mother) y la Anciana (Crone).
El significado de las fases lunares del símbolo
- La luna creciente: la doncella
Esta es la luna que está situada más a la izquierda del símbolo y representa a la doncella. Esta imagen simboliza el nacimiento, ya que esa doncella es la creación y la inspiración, es el disfrute de las cosas simples y los placeres de la vida. Representa, asimismo, la magia, la juventud, los inicios y el entusiasmo por la vida.
- La luna llena: la madre
Por otro lado, la luna llena, que es la que se sitúa en el centro del símbolo, representa a la madre como fruto y alimento, pero también como imagen de la fertilidad, la estabilidad y la responsabilidad. La madre, que se utiliza para simbolizar el amor, es, asimismo, imagen de la madurez, la disciplina y la afrenta de las consecuencias.
- La luna menguante: la anciana
Por último, el símbolo situado más a la derecha, la luna menguante, representa a la anciana, que simboliza los finales y la muerte, pero también la sabiduría, el aprendizaje y el descanso. Con esta imagen también se quiere evidenciar que, sin ese final y esa muerte inevitables, no existiría un nuevo comienzo.
Aunque estas son las tres representaciones más comunes, también hay quienes relacionan la Triple Diosa con numerosas divinidades femeninas de civilizaciones más antiguas, como la griega o la babilónica, entre otras.
Por ejemplo, en la mitología griega Artemisa podría representar a la doncella, la «diosa del terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas»; Selene podría representar a la madre, «diosa lunar», y Hécate, por último, sería la anciana, «diosa de las encrucijadas y guardiana de la frontera entre el mundo de los humanos y espíritus».
La cuadruplicidad de Miranda Gray
Antes de hablar de Miranda Gray, te comentamos brevemente que Marija Gimbutas, arqueóloga, realizó una importante y gran investigación sobre el culto a la luna en el paleolítico y neolítico en Europa. Mediante este estudio, Gimbutas pudo saber que las antiguas civilizaciones ya adoraban tanto a la Gran Madre (la luna) como a otras deidades femeninas.
Gray, escritora británica, publicó un libro titulado «Luna Roja» (1994), que versaba sobre la menstruación consciente y la relación de las fases de la luna con el ciclo menstrual femenino. En este libro, sin embargo, también trataba el tema del símbolo de la Triple Diosa. Aun así, le dio una perspectiva distinta y la autora propuso un cuarto elemento a esta trinidad, y así fue como intentó incluir en el símbolo las cuatro fases de la luna (nueva, creciente, llena y menguante). A las tres mujeres de la simbología, Gray añadió la Hechicera.
En resumen, el símbolo de la Triple Diosa es importante, especialmente en el neopaganismo. Sin embargo, no tienes que ser parte de la Wicca o del paganismo para poder emplear el símbolo, sino que puedes hacer uso de él y de su simbolismo, ahora que ya sabes qué representa realmente. Puede ser una conexión contigo y el flujo de la existencia, el nacimiento, la vida y la muerte. ¿Qué te ha parecido saber más sobre la Triple Diosa?
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