Probablemente en alguna ocasión hayas escuchado que las fiestas que se asocian actualmente al cristianismo, en realidad, tienen su origen en otras culturas. Pues este es precisamente el caso de la festividad de Yule, de la que queremos hablarte hoy, que terminó dando paso a la Navidad. ¿La conocías?
La Navidad Celta: festividad de Yule
¿Qué es la festividad de Yule?
Para comenzar, debes saber que esta festividad es un rito celta que comenzaba en el solsticio de invierno (el día 21 de diciembre) y que duraba 12 días. Los celtas fueron un pueblo que se caracterizaba por ser muy místico e, incluso, podríamos decir que mágico. Daban mucha importancia a los elementos, a las estrellas y pensaban que había un mundo que se extendía más allá del que conocemos. Así, no es de extrañar que celebrasen los equinoccios y los solsticios de una forma muy intensa, pues muchas culturas han considerado estos momentos como algo mágico.
El solsticio de invierno, que es el que nos ocupa en esta ocasión, es la noche más larga del año, por lo que se asocia a la luz triunfando sobre la oscuridad y, a partir de ese momento, los días comienzan a ser más largos. Esto, además, puede asemejarse a la idea de que la vida vence a la muerte (si asociamos la luz a la vida y la oscuridad a la muerte).
Teniendo en cuenta que los celtas son una cultura nórdica y que, en el norte, la oscuridad y el frío se dan con mayor intensidad que en otros lugares, es totalmente comprensible que Yule se celebrase con un gran entusiasmo. En ella, la tradición era reunirse con amigos y familiares alrededor del fuego y, simplemente, disfrutar y celebrar que estaban vivos, además de recordar a aquellos que ya no estaban.
Otras tradiciones de la festividad de Yule
Debes saber que hay otras muchas tradiciones asociadas a esta fiesta celta. Una de ellas tiene que ver con los árboles. Tradicionalmente, cortaban un pino o un sauce y, sobre él, hacían distintos garabatos que podían hacer referencia tanto a cosas mundanas como a diferentes astros, especialmente al sol. De esta manera, hacían su particular homenaje al Yggdrasil, que en mitología es como se conoce al Gran Fresno que sostiene los Nueve Mundos existentes.
¿Qué sucedía con estos árboles tras Yule? Quizás puedas pensar que, simplemente, los tiraban o los hacían leña, pero esto no sucedía así. Lo que hacían era conservar esa madera hasta el año siguiente y convertir el árbol en lo que denominaban «el leño de Yule», el cual hacían arder durante 12 horas, reflejando con esto el hecho de dejar ir el pasado. Posteriormente, utilizaban las cenizas como un regalo para hacer fértiles a los campos, esparciéndolas por ellos.
Por otro lado, y también relacionado con los árboles, los druidas eran los encargados de recolectar muérdago. Una vez hecho esto, lo depositaban sobre árboles sagrados (especialmente sobre las encinas), y decoraban con él las viviendas. Asimismo, en estas fiestas también había lugar para los sacrificios en honor a Thor, el dios del trueno: tradicionalmente se sacrificaba una cabra para él. En Finlandia, esta tradición cambió hasta dar lugar a Joulupukki, un anciano que llevaba regalos.
De igual forma, llevaban a cabo otras tradiciones, como mantenerse despiertos durante la noche esperando al sol o dejar una vela encendida en la ventana. Asimismo, este periodo representa un nuevo ciclo espiritual y un resurgir, y se acompaña con 12 días de meditación.
¿Qué tienen en común la festividad de Yule y la Navidad?
Hay muchos detalles que relacionan Yule con la Navidad, y no solo hablamos de las fechas en las que se celebra. ¡Te los mostramos de manera más gráfica!
- En primer lugar, los celtas se reunían con familiares y amigos y sacrificaban una cabra que terminaban por comerse todos juntos. En las fiestas navideñas hacemos algo similar, aunque solemos cambiar la cabra por un cordero.
- Tenemos un árbol que se adorna, al igual que sucede con el árbol de Navidad que tenemos en la actualidad. Además, el muérdago tiene una gran importancia en ambas festividades.
- Existe un tronco que se quema y una cabra, un hombre o incluso un tronco que dan regalos. En la actualidad, podemos asemejar esas tradiciones con la de Papá Noel o Santa Claus e, incluso, el Olentzero (en el País Vasco) o el tió de Nadal (en Cataluña).
Al final, los celtas no son tan diferentes de nosotros, ni sus tradiciones distan demasiado de las nuestras, como podemos comprobar al rememorar la festividad de Yule. Sea con un nombre o con otro, la realidad es que celebramos cosas muy similares, e incluso podemos realizar un acercamiento a esa espiritualidad de los celtas y dejar el pasado atrás contactando con un vidente o tarotista fiable.
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